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Telmo Santos, vecino de Santo Antônio da Patrulha (RS), paseaba por una finca cuando vio una escena curiosa -y un tanto extraña-. Philodryas olfersii como se muestra en la imagen anterior.
La observación, sin embargo, no se queda ahí. Telmo publicó las imágenes -todavía en abril del año pasado- en un grupo de Facebook, buscando una explicación al fenómeno. No sólo recibió Santos una explicación, sino que los registros acabaron en la revista Revista Herpetológica en forma de nota científica.
En el documento, tres biólogos y expertos explican que el fenómeno es un tipo de agregación reproductiva, bastante común en las serpientes. Sin embargo, es la primera vez que se documenta una agregación reproductiva en el Philodryas olfersii comúnmente llamada serpiente verde.
Según los expertos, el "racimo" de serpientes se forma después de que la hembra segregue feromonas a través de su piel. A partir de ahí, varios machos pueden oler estas hormonas sexuales y acabar siguiendo el mismo rastro de olor que deja la hembra.
Cuando se reúnen varios machos, comienza una carrera para intentar copular con la hembra, lo que da lugar al "racimo" de serpientes, o más exactamente, a la agregación reproductiva.
Agregación reproductiva para buscar la mejor pareja
Según la bióloga y autora de la nota, Silara Batista, a G1, la agregación reproductiva puede proporcionarle algunas ventajas a la especie: "Al promover una agregación de machos a su alrededor la hembra induce, indirectamente, una selección sexual. Según la teoría, ella elige a los machos con mayor 'fitness' reproductivo, es decir, individuos más grandes, más atractivos visualmente y más sanos".
Por lo tanto, estos individuos más grandes y sanos tienden a dejar una descendencia con estas características también, lo que es beneficioso para la hembra y también para la especie.

Imagen: Moisés Silva Lima / Flickr
Según la autora Karina Banci, también en declaraciones a G1, la agregación reproductiva puede dar lugar a un embarazo de varios padres diferentes, pero sólo unos pocos machos consiguen transmitir sus genes a la descendencia.
Esto se debe a que, tras la cópula, el macho segrega una sustancia que bloquea la cloaca de la hembra, lo que impide que ésta vuelva a reproducirse durante unas horas o días.
Se sabe que otras especies brasileñas forman estos "racimos" de serpientes, como la anaconda y la coralina de espalda verde.