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Un minúsculo escarabajo de apenas 0,3 milímetros puede volar tan rápido como los insectos de tres veces su tamaño. Ahora, un conjunto de observaciones súper precisas ha demostrado cómo estos escarabajos vuelan tan rápido, y ahorran mucha energía.
Tal y como afirma la nueva investigación, publicada en Nature, "la velocidad tiene una correlación positiva con el tamaño del cuerpo en los animales". Es decir, a mayor masa, mayor suele ser la velocidad, sobre todo cuando se trata de insectos voladores.
Sin embargo, las cosas se ponen extrañas cuando las dimensiones empiezan a ser microscópicas. Esto se debe a que los insectos voladores muy pequeños sufren mucho más el efecto de la viscosidad del propio aire. Además, la fricción entre las alas y el aire provoca un enorme coste energético para el bicho.

Imagen: Farisenkov et al. / Nature, 2022
Resulta que los pequeños escarabajos de la especie Paratuposa placentis Ahora, los investigadores han observado estos escarabajos con cámaras de alta velocidad. Las imágenes se combinaron con modelos informáticos para trazar la trayectoria de las alas y el cuerpo de los insectos.
Como muestra el vídeo siguiente, el P. placentis tiene un patrón de batido de alas inusual, formando algo así como un "8" en el aire. Además, las alas de esta especie están modificadas y tienen cerdas en lugar de membranas. Según la investigación, esto permite un vuelo más eficiente, reduciendo los efectos del aire en las alas.
Filmar escarabajos diminutos
Los autores captaron la P. placentis A continuación, el equipo colocó a los animales en una cámara transparente dentro del campo de visión de cuatro cámaras sincronizadas, dos de las cuales contaban con tecnología para filmar a alta velocidad.
Además, la caja con los escarabajos recibió dos tipos de iluminación: láser y LED infrarrojo, como se muestra en la imagen siguiente:
Imagen Departamento de Entomología / Universidad Estatal Lomonosov de Moscú
A continuación, los autores crearon reconstrucciones tridimensionales del movimiento de las alas y aplicaron modelos informáticos para comprender cómo las diminutas alas interactúan con el aire.
Con las alas llenas de cerdas de estos animales, el equipo descubrió que estos escarabajos pueden "perforar el aire" e incluso las cerdas más pequeñas pueden tener ramas aún más pequeñas.
Así, el pequeño escarabajo tiene un mecanismo de vuelo completamente nuevo por descubrir: dos golpes completos hacia abajo que lo impulsan hacia arriba, y dos golpes más pequeños en la dirección opuesta.
Según la investigación, aún así, este mecanismo ayuda a entender cómo los insectos se han adaptado a la miniaturización evolutiva sin acabar teniendo un gasto energético absurdo que los llevaría rápidamente a la extinción.