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Richard Peto es profesor de estadística médica en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. En 1977, Peto hizo una curiosa observación: si los animales más grandes que nosotros, los humanos, como las ballenas y los elefantes, tienen cientos de veces más células que nosotros, ¿por qué estos animales no desarrollan cáncer con mucha más frecuencia? Resulta que esta pregunta aún no tiene respuesta, pero incluso se le ha dado un nombre: elParadoja de Peto.
De hecho, los animales grandes desarrollan cáncer con mucha menos frecuencia que los humanos u otros animales pequeños. De hecho, los ratones y los humanos tienen tasas muy similares de incidencia de cáncer, mientras que en las ballenas azules esta tasa es prácticamente nula. Aquí tenemos una paradoja porque, estadísticamente, un animal que tiene 100 veces más o menos células que nosotros, debería tener una oportunidad100 veces mayor o menor probabilidad de contraer cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte anual en el mundo (sobre todo debido al tabaquismo). Además, el cáncer en general es la enfermedad que más personas mata en el mundo, justo después de los incidentes cardiovasculares.

(Imagen de Free-Photos de Pixabay)
Además, el tratamiento de la enfermedad es bastante difícil y a menudo causa meses o años de sufrimiento, y las tasas de curación después de la metástasis son muy bajas.
Posibles respuestas a la paradoja
Nadie sabe aún con certeza la razón de esta disparidad en la incidencia del cáncer. Además, aparentemente la respuesta a esta paradoja está aún lejos de los ensayos clínicos. Sin embargo, hay algunas ideas. Los investigadores encontraron, en 2015, una posible relación entre los mecanismos de reparación del ADN de los elefantes con menos tumores.
Estos mecanismos están presentes en todos los animales, después de todo, sin ellos nuestras células serían un desastre. Sin embargo, las proteínas responsables de estas correcciones pueden ser mucho más abundantes en los animales grandes.
Algunos investigadores creen que estos hipertumores pueden desarrollarse en animales de gran tamaño, como las ballenas jorobadas, y acabar compitiendo por los recursos con un tumor maligno (consulte el vídeo anterior de In a Nutshell para obtener más información).
La respuesta más sencilla puede ser evolutiva. Es decir, las especies que no han tenido los medios para curar sus tumores de forma más eficiente simplemente ya no están aquí para contarlo. Nosotros somos el punto intermedio entre este fracaso evolutivo y el riesgo de cáncer a edades avanzadas.
Sin embargo, el cáncer no debe ser un enemigo invencible. Es posible que ya hayan nacido seres humanos que vivirán 200 años, y esto sucederá gracias a los avances médicos en las enfermedades relacionadas con la edad. Cabe recordar, por último, que existen más de 100 tipos diferentes de cáncer, y como en una población, cada cáncer es más o menos único. Sólo podemos alentar la investigación, y esperar la solución delParadoja de Peto