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En el siglo XXI, tras varias revoluciones industriales y tecnológicas, está claro que la especie humana puede modificar drásticamente el paisaje del planeta. Sin embargo, los datos de los satélites muestran que incluso pequeños grupos de cazadores-recolectores pueden cambiar el entorno de un lugar de forma significativa.
Aunque no podemos ver la Gran Muralla China desde el espacio, los científicos pueden extraer muchos detalles de una imagen de satélite. Muchos de estos datos indican incluso la actividad humana y sus efectos en un paisaje.
Ahora los investigadores han combinado este tipo de investigación con la arqueología, y han demostrado que incluso pequeñas poblaciones de los primeros humanos ya estaban provocando cambios significativos en el medio ambiente.
Gracias a las imágenes por satélite de la isla de Madagascar, los científicos han analizado el relieve y el suelo de varias zonas del suroeste de la isla. El detalle es que se sabe que algunas de estas regiones estuvieron habitadas por comunidades primitivas de pescadores y cazadores-recolectores, ya que de ellas proceden varios artefactos.
Vegetación en Madagascar. Imagen: Jean-Philippe Déranlot / Pixabay
Sin embargo, la investigación mostró una variación significativa en el terreno de las regiones habitadas por los Homo sapiens En casi 500 kilómetros cuadrados, al menos el 17% de los territorios han sufrido a largo plazo la acción del hombre.
En otras palabras, incluso sin agricultura ni maquinaria, los seres humanos ya eran capaces de cambiar el medio ambiente de forma bastante profunda.
¿Por qué un cazador-recolector cambiaría el entorno?
Además de los datos del satélite PlanetScope, la investigación publicada en la revista Frontiers in Ecology and Evolution también utilizó algoritmos de cambio de bosques y vegetación en la isla. Todo ello, por tanto, para predecir la coevolución de la vegetación y los humanos en Madagascar.
"Lo que descubrimos es que las zonas que rodean estos lugares [de ocupación humana], que parecen ser prístinas, no lo son. Vemos un ligero cambio en la capacidad del suelo para retener el agua, lo que se indica con un cambio en la reflectividad espectral que se ve en las imágenes de satélite", dice el autor Dylan S. Davis, a Penn State News.
Esta característica de cambiar el medio ambiente se produce incluso con la más mínima presencia del ser humano, porque la forma y la composición del medio ambiente dependen directamente de las especies que lo habitan. Y seamos sinceros, los seres humanos hacemos muchos cambios en la naturaleza.
Sin embargo, todavía no hay pruebas concretas de que el cambio en el suelo, citado por Davis, haya sido provocado de hecho por los humanos que habitan las regiones. Aun así, la hipótesis es sólida.

Imagen: Hans Braxmeier / Pixabay
La mayoría de las investigaciones de este tipo, por cierto, muestran el impacto de las comunidades agrícolas en los recursos y las condiciones del medio ambiente. Sin embargo, la investigación destaca que este tipo de cambio probablemente estaba ocurriendo miles de años antes de que creáramos nuestro modelo de agricultura.
"Subestimamos el impacto que tienen las sociedades no agrícolas en la conformación de los paisajes. Son sutiles, pero se pueden descubrir", dice la coautora Kristina Douglass. "Al observar el paisaje de todo el mundo, descubrimos que las personas han modificado más del mundo de lo que creíamos".
La investigación está disponible en la revista Frontiers in Ecology and Evolution.