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Las nebulosas planetarias son sólo algunos de los muchos tipos de nebulosas que existen en todo el universo. Las nebulosas están formadas por polvo y gas a altas temperaturas en el espacio
También se encuentran entre los tipos más bellos de nebulosas, debido a sus patrones psicodélicos. Además, algunas personas las describen como "mandalas cósmicos".
Aunque se denominan nebulosas planetarias, no tienen nada que ver con los planetas. En realidad, fue un error. Hace algunos siglos, durante las primeras observaciones, se parecían a los gigantes gaseosos del sistema solar, pero esto se debía a la falta de telescopios de aproximación.
Ahora, en un estudio publicado el viernes (18) en la revista Science, los científicos describen los posibles medios por los que adquieren estas bellas formas.
Se forman a partir de gigantes rojas. Una gigante roja es una forma moribunda de las estrellas similar al Sol, es decir, una de las últimas etapas de la vida de las estrellas.
Cuando el Sol pierda casi todo su combustible, se hinchará y se volverá extremadamente rojo. En el proceso, el Sol crecerá tanto que engullirá la Tierra.
En varias etapas de crecimiento y disminución, pierde casi toda su masa. Este gas y plasma liberados formarán las nebulosas planetarias, que brillarán por el calor residual de la materia.
"El Sol -que finalmente se convertirá en una gigante roja- es redondo como una bola de billar, así que nos preguntamos: ¿cómo puede una estrella así producir todas estas formas diferentes?", dijo el astrónomo Leen Decin en un comunicado .
Ganar en forma
Las simulaciones por ordenador y las observaciones sin precedentes realizadas con el observatorio ALMA en Chile han ayudado a los científicos a comprender un poco la formación de estas nebulosas.
Las principales influencias en la forma de estas estrellas están en la gravedad. La atracción gravitatoria de las estrellas cercanas y de grandes planetas como Júpiter son capaces de distorsionar la nube de gas.
La principal ventaja de las observaciones que hicieron, se debe a que fueron meticulosamente pensadas. Sin embargo, cuando se hace un análisis amplio con varias observaciones anteriores, de otros estudios, cada observación tiene un método diferente.
En este caso, todas las observaciones utilizaron los mismos métodos, lo que es importante para la eliminación de los sesgos y, por tanto, para un mejor uso de los datos.
Más concretamente, observaron los vientos estelares. Aunque lleven ese nombre, no son como el viento, sino que son plasma y partículas altamente cargadas liberadas por las estrellas.
"Nos dimos cuenta de que estos vientos son todo menos simétricos o redondos. Algunos de ellos tienen una forma bastante similar a la de las nebulosas planetarias", como explica Decin.
"Algunos vientos estelares tenían forma de disco, otros contenían espirales y en un tercer grupo identificamos conos", dice.
Exe explica que "al igual que una cuchara que mezclas en una taza de café con un poco de leche puede crear un patrón espiral, la compañera succiona el material hacia ella mientras gira alrededor de la estrella y da forma al viento estelar".
En el caso del sistema solar, por ejemplo, no hay ninguna compañera binaria para el Sol. Sin embargo, Júpiter y Saturno tienen suficiente masa para influir considerablemente en estos flujos. Por tanto, un día seremos una hermosa nebulosa planetaria.
El estudio se publicó en la revista Science . Con información de Science Alert y KU Leuven News .